Es interesante que como fotógrafos digitales, trabajemos siempre al máximo de resolución y calidad que permita nuestra cámara y siempre que nos sea posible en formato RAW, para poder posteriormente editar la imagen digitalmente sin pérdidas de resolución y aprovechando al máximo la captura realizada.
Sin menospreciar la opinión de muchos puristas, que creen tan solo en el instante del clic, nosotros entendemos que el retoque digital de una fotografía abre un océano de posibilidades creativas a ese fotógrafo con sensibilidad y talento.
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Una fotografía puede ser reencuadrada, modificadas su luminancia y crominancia, resaltados unos aspectos u otros mediante desenfoques, equilibrios de color, luz, contraste… Puede enriquecerse el mensaje que recibe el observador transformándose escenas con elementos ficticios o situándolas en decorados y fondos rediseñados. Así mismo, podemos corregir algunos fallos, errores o simplemente resaltar otros puntos de vista que en el momento del disparo no contemplamos. En definitiva, lo importante no es la herramienta o el medio que utilicemos sino que lo que debe trascender y debemos de priorizar es el contenido que queremos transmitir con nuestra fotografía.
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